jueves, 2 de febrero de 2012

En un curso intensivo

Siempre he dicho que para mí la educación  es un aspecto fundamental a la hora de incrementar mi núcleo de amigos y conocidos. No soporto los gritos, las malas contestaciones, el humor chabacano o que simplemente interrumpan una conversación, haciéndose partícipe o cambiando el tema de la charla. Y qué casualidad, no paro de tener ejemplos a mi alrededor. Lo de respirar y contar hasta diez... Puff... Hay veces que no llego ni al tres, y mira que desde que soy madre mis cotas de paciencia se han visto duplicadas. A esas personillas que rulan por mi vida, las tacharía con la misma x de las quinielas y las metería en un cursillo intensivo de buenas maneras, porque es la única manera que tendrán de salir del atolladero en el que están metidas. Aunque hay veces que no se merecen ni que se les aporte educación...